El peso de las décadas del Franquismo es fundamental para comprender el pasado y presente del activismo LGTB, tanto por la pervivencia de sus discursos, como por la dureza y efectividad con la que se ejerció la represión. Todo ello tuvo su reflejo principal en normativas específicas como la reforma de la Ley de Vagos y Maleantes de 1954 y la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social de 1970.
Las penas a las que eran sometidas las personas homosexuales y las transexuales iban desde la cárcel hasta el envío a campos de concentración, pasando por tratamientos que buscaban curar lo que se consideraba una enfermedad. Discursos médicos de curación de la homosexualidad se publicaban en revistas y fueron institucionalizados en prácticas psiquiátricas con figuras singulares como López Ibor y Vallejo-Nájera.
Estas visiones tuvieron como resultado la consolidación de la homofobia social. Otro reflejo lo encontramos en las vicisitudes de diferentes autores y autoras que sufrieron el exilio como Miguel de Molina o el silenciamiento de Gloria Fuertes.
¿Qué obras puedes encontrar en esta parte de la exposición SUBVERSIVAS?