Han pasado 30 años desde la aparición de los primeros casos de sida en EE.UU. Su detección en hombres gais, el creciente número de nuevos casos, el desconocimiento sobre sus causas y prevención, la ausencia de tratamientos, el rápido y grave deterioro de la salud de los enfermos y su prácticamente inevitable muerte, llevó a una gran parte de la sociedad a un estado de pánico e histeria colectiva, estigmatizando entre otras a nuestra comunidad.

En nuestro colectivo, la infección por VIH sigue siendo la mayor amenaza para nuestra salud, especialmente para los hombres que tenemos sexo con otros hombres y para las mujeres transexuales y los hombres trabajadores del sexo, porque nos afecta de una forma desproporcionada.

En el pasado, el sida significó marginación y discriminación pero también hoy en día, cuando en España hay personas que creen que quienes vivimos con el VIH somos culpables de padecer la enfermedad, que la ley debería segregarnos o que deberían publicarse nuestros nombres para poder evitarnos.

Convivimos cada día con el VIH, compartimos nuestra vida con otros hombres y mujeres que viven con él, lo sepan o no, nos lo digan o no. Y vamos a seguir luchando para prevenir el VIH, apoyar a quienes viven con él, y combatir el estigma y la discriminación.

Los prejuicios son más destructivos que el propio virus.

Por eso, pasa a la acción, exprésate…
RETRÁTATE ANTE EL VIH